Sobre una piedra inerte,en medio del caluroso desierto del Sáhara,estaba sentado un poeta decepcionado con su propia existencia y entonces,el papiro qué en mano lo tenía,empezó a cobrar vida y rellenar,impetuoso,ese hueco vacío lleno de incertidumbres existenciales:
«¿Qué es el ser?
Una tinta amarilla,azul,morada
Que parpadea en el púlpito;
Un polvo del Cosmos
Arrojado de la álgida tumba;
Olas de voces
Creadas de fibras anatómicas;
Miríada de sabores
Que del éter descienden;
Un puzzle desmedido;
Una onda extensa;
Un campo magnético
Que se atrae alienado;
Un edificio inconcluso;
Un juego de pasos en una velada;
Un verso incoherente
Surgido de un torrente.»
Nuestro poeta resolvió entonces que para conocer a su propia musa,tenía que vencer al miedo,dejar fluir sus ideas,subir las escaleras de la creatividad y crear su propio Universo inalienable.
El hombre es un sueño
Un sueño con alas,
sueñan las mujeres
Cuando nada tienen que soñar bendiciones
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Al final las musas están en uno mismo, como bien dices en nuestro propio pensamiento. Somos lo que creemos, lo que creamos, lo que soñamos y lo que vivimos. Todo, de alguna forma nos hace distintos, pero comparables unos a los otros. Al final, todos tenemos a un poeta en nuestro interior. Me encantó leerte.
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¡Gracias! Me alegro de que te ha gustado. ¡Qué tenga un Buen Día!
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👏👏👏👏👏👏👏
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👏👏👌
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Que buena entrada Ana María, es cierto que nuestros pensamientos nos llegan a ser lo que somos, y cada persona sensible lleva la poesía en sí.
Un abrazo!
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¡Gracias! Un abrazo para usted también.
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Muy buena entrada
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¡Gracias!
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Genial¡¡ me encantó¡¡
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¡Gracias! Un saludo
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