«¡Píntame pájaros!»Y en ese instante,una cigüeña negra-qué volaba exhausta después de un largo retorno desde el Sáhara-se posó sobre las ramas verdes y primaverales de un magnífico cerezo.La cigüeña la penetraba con su mirada y,al acercarse,le susurró al oído:»¡Abre la caja de tú gélido corazón!»Y la cigüeña se refugió vencida en un cuadro rojo,rítmico y incansable.
Guau algo esconderá eso pero para saberlo esperaré a la próxima entrega
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